El gordo está tirado sobre la cama. Ya tiene los días contados. Todo ésto ya quedó fuera de su alcance; fuera de control; ya los hechos se suman y van formando esa bola de nieve que crece y avanza. Pero él, está ahí con su panza, desparramado sobre las sabanas arrugadas. Y sabe muy bien, también, que mientras él sigue tirado ahí, como una morza tomando sol, el mundo gira, avanzando a unas velocidades increíbles. Lo mismo sigue tirado, pues considera que ya es irremediable, y que no hay nada que EL pueda hacer para detener dicho avance hacia un seguro desastre de dimensiones inimaginables (impredecibles). Igual la Tele-anestesia sigue encendida y ahora trata de escribir un poco, para disminuir la presión interior. Es que es muy difícil intentar cualquier cosa: lo mejor es esperar; las cosas en algún momento se van a presentar en su favor... Y mientras, él va a estar ahí tirado, con su panza y sus días contados...
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