La mandarina a las doce
de Juan Pablo París, el Domingo, 21 de junio de 2009 a las 2:59
¡Qué humanidad boluda en la que nos hemos transformado! Viajo por la avenida Independencia (aberrante paseo) y a cualquier hora me encuentro con insulsos, inútiles, metrosexuales sanguangos, desperdiciando esfuerzo en levantar objetos pesados para no llevarlos, ni traerlos, ni hacer nada productivo con ello. Cúantos baldes de cemento, cuántas paredes levantadas ladrillo a ladrillo se conseguirían con esa energía!! Pálidas mujeres en las máquinas de caminar, las bicicletas fijas... Pero existe un invento menos coherente que una bicicleta que no te transporta? No me figuro una persona haciendo un pozo durante semanas con el único desenlace de simplemente tirar la tierra vuelta adentro, hasta que el hoyo no sea ni un recuerdo. No. Menos, un micro en el que en vez de ruedas hubiera anclajes, y lo mismo, la gente subiera y pagara, y mas tarde bajase con su diario bajo el brazo.
Así, todo.Todo igual.
Me como otra mandarina a ver si pienso.
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