martes, mayo 03, 2011

La mandarina a las doce


La mandarina a las doce

de Juan Pablo París, el Domingo, 21 de junio de 2009 a las 2:59
Pelo una mandarina. Veo el Discovery Channel. En la pantalla, hablan de cancer. CANCER. CAAANNNNCCCCEEERRRR. La palabra que no se dice a la ligera. La mandarina es muy perfumosa. La tele me trata de convertir en esclavo del consumo de pavadas que no me ayudan. Ayer pensaba, mientras harvía los fideos que acababa de amasar y cortar: "Pucha! Con dos huevos, dos tazas de harina, algun condimento y un pote de crema; sólo unos pesos, como mucho más sano que pagando por pasta seca, la que además es más cara. Y si... uno compra el tiempo de amasar y cortar la pasta". Y es una lógica algo estúpida la de la sociedad de consumo. Porque en tantos casos, los minutos ahorrados no valen dos mangos, ya que son destinados a mirar la novela o a otra tarea inútil. Y otro día, mientras regaba la huerta pensaba en toda la pobre y miserable gente que tiene un pedazo de tierra, yerma ya, ocupada con basura o perros que se multiplican y cagan por todos lados; en vez de tener las prolíficas acelgas o los deliciosos tomates; gente que va a comprar tomates, acelga y alimento balanceado para perros.
¡Qué humanidad boluda en la que nos hemos transformado! Viajo por la avenida Independencia (aberrante paseo) y a cualquier hora me encuentro con insulsos, inútiles, metrosexuales sanguangos, desperdiciando esfuerzo en levantar objetos pesados para no llevarlos, ni traerlos, ni hacer nada productivo con ello. Cúantos baldes de cemento, cuántas paredes levantadas ladrillo a ladrillo se conseguirían con esa energía!! Pálidas mujeres en las máquinas de caminar, las bicicletas fijas... Pero existe un invento menos coherente que una bicicleta que no te transporta? No me figuro una persona haciendo un pozo durante semanas con el único desenlace de simplemente tirar la tierra vuelta adentro, hasta que el hoyo no sea ni un recuerdo. No. Menos, un micro en el que en vez de ruedas hubiera anclajes, y lo mismo, la gente subiera y pagara, y mas tarde bajase con su diario bajo el brazo.
Así, todo.Todo igual.

Me como otra mandarina a ver si pienso.

No hay comentarios.: